El movimiento en pro de los derechos de la mujer no surgió en el siglo XX o en el XIX como muchas pensábamos, sino que existen antecedentes documentados ya anteriormente. Sin embargo, hasta el siglo XX no se han logrado los mayores logros, siempre con el sacrificio y la lucha de numerosas mujeres que no han querido conformarse.
Cabe destacar que antes de que se instaurara el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora ya se habían celebrado otros eventos similares entre los que cabe destacar el Women’s Day que se celebró en Estados Unidos el 28 de febrero de 1909 y que continuó teniendo lugar hasta 1913, aunque dicha celebración era de carácter más nacional.
Sabemos que nuestro primer Día Internacional de la Mujer tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en varios países de Europa, y que en ese primer encuentro participaron más de un millón de mujeres ansiosas por hacer saber al mundo sus reivindicaciones: El derecho a voto; El derecho a la ocupación de cargos públicos; El derecho a la formación profesional; El derecho al trabajo y a la no discriminación por el mero hecho de ser mujer.
Lo que encontramos cuando acudimos a investigaciones serias sobre este tema es que fue en Copenhague donde, en 1910, en la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, se aprobó por unanimidad el establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora como método de lucha por la causa de la mujer. Esto fue gracias e la propuesta hecha por una mujer socialista y alemana, Clara Zetkin.
En España, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres empezó a ser un objetivo institucional a partir de la creación del Instituto de la Mujer en 1983.
En los últimos 27 años se han promovido cambios en aspectos importantes de la vida económica, social, política y cultural de las relaciones entre mujeres y hombres y con el entorno. Se han producido grandes avances en las políticas de igualdad en el marco de la Unión Europea y de las Plataformas de Acción de Naciones Unidas. En este mismo sentido, el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2008-2011 del Ministerio de Igualdad pone de manifiesto dos principios básicos: no discriminación e igualdad.
Aún con todo lo adelantado, y gracias al esfuerzo de muchas mujeres, queda mucho por hacer. Sigue recibiendo más salario un hombre que una mujer ante un mismo puesto y con la misma cualificación para desempeñarlo; se siguen despidiendo a mujeres cuando se quedan embarazadas; la conciliación de la vida laboral y familiar sigue siendo una utopía; sigue habiendo discriminación hacia mujeres; sigue…….
El motivo de celebrar este día, o por lo menos señalarlo, es para reivindicar y concienciar de que todavía queda mucho camino por recorrer y muchos objetivos por conseguir. Al igual que se celebra el Día del Padre y el Día de la Madre (pero no el Día del Hijo porque según mi madre son todos los días del año), se celebra el Día de la Mujer Trabajadora. Como muchos hombres dicen, «no quieren igualdad? pues entonces si no hay Día del Hombre Trabajador, no tiene por qué haber Día de la Mujer trabajadora» y en parte estoy de acuerdo, ójala no se tuviera que destacar este día, porque significaría que somos iguales en la sociedad, hombres y mujeres.
Durante mi experiencia en el campo de la psicoeducación de igualdad de oportunidades con padres y madres, me llamaron la atención dos personas: un hombre que aseguraba que sólo contrataba hombres hasta que tuvo una hija y pensó «si los demás sólo contratan hombres como yo, entonces, mi hija no encontrará trabajo», a partir de ese momento sólo contrataba mujeres; y una mujer que afirmaba que «la igualdad real no existe, ellos siempre estarán por delante de nosotras».
Finalmente, me gustaría «celebrar» con vosotros y vosotras (de un modo reindivicativo y no festivo) el Día Internacional de la Mujer, esperando que llegue un año en que no lo tengamos que señalar en el calendario.