¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
El trastorno afectivo estacional (TAE) es una forma de depresión que aparece en la mismo época cada año. Típicamente con el TAE, una persona sufre síntomas de depresión a medida que se acerca el invierno y las horas de luz se van reduciendo. Cuando la primavera regresa y los días vuelven a ser más largos, las personas que padecen de TAE experimentan alivio de sus síntomas y su estado de ánimo y nivel de energía se normalizan.
¿Cuáles son las causas del TAE?
Los expertos creen que el TAE se desencadena por la respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural. Nadie entiende completamente cómo ni por qué sucede. Las teorías actuales sobre las causas del TAE se concentran en el papel que podría tener la luz solar en la producción en el cerebro de hormonas clave.
¿Cuáles son los síntomas del TAE? Una persona con TAE exhibirá varios cambios particulares en la manera en la que siente y actúa normalmente. Estos cambios ocurren en un patrón estacional predecible. Los síntomas son los siguientes:
- Cambios en el estado de ánimo. La persona puede sentirse triste o irritable la mayoría del tiempo; las personas pueden ser autocríticas; demostrar mayor sensibilidad que lo usual a la crítica y llorar o molestarse más a menudo o con más facilidad.
- Incapacidad para disfrutar. Perder interés en las cosas que disfruta normalmente y sentirse incapaz de disfrutar de las cosas como antes.
- Poca energía. El cansancio inusual o la fatiga sin razón y pueden hacer que las personas se sientan con poca energía.
- Cambios en el sueño. La persona podría dormir mucho más de lo usual.
- Cambios en la alimentación. Ganas de consumir carbohidratos simples (como alimentos reconfortantes y azucarados) y la tendencia a comer de más. Este cambio en la alimentación podría resultar en aumento de peso durante los meses de invierno.
- Dificultad para concentrarse.
- Disminución de las actividades sociales. Pueden pasar menos tiempo con los amigos, en actividades sociales, o en actividades extracurriculares.
Los problemas causados por el TAE pueden afectar la autoestima y hacer que una persona se sienta frustrada, aislada y solitaria, especialmente si no se da cuenta de qué es lo que está causando los cambios en la energía, el estado de ánimo y la motivación.
¿Quién padece de TAE?
El TAE puede afectar a adultos, adolescentes y niños. Se calcula que aproximadamente 6 de cada 100 personas (6%) tienen TAE. Curiosamente, cuando las personas con TAE viajan a áreas de menor latitud durante el invierno (las personas que viven más al sur del ecuador tienen luz solar durante más horas del día durante los meses de invierno), no padecen de sus síntomas estacionales. Como otras formas de depresión, las mujeres tienen una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar TAE que los hombres.
Cómo enfrentarse al TAE.
Si te han diagnosticado TAE o crees que lo podrías padecer, hay varias cosas que puedes hacer para ayudar:
- Sigue las recomendaciones del tratamiento médico y psicológico.
- Aprende todo lo que puedas sobre el TAE y explica el trastorno a otros para que puedan ayudarte.
- Haz bastante ejercicio, especialmente al aire libre. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo.
- Pasa tiempo con amigos y seres queridos que comprenden lo que te está sucediendo – ellos pueden ayudarte brindándote el contacto personal y una sensación de conexión.
- Sé paciente. No esperes que los síntomas desaparezcan inmediatamente.
- Solicita ayuda con la tarea para el hogar y otros deberes si la necesitas.
- Aliméntate bien. Podría ser difícil, pero evitar los carbohidratos simples y las meriendas azucaradas y mantener una dieta que incluya abundantes cereales integrales, verduras y frutas pueden ayudarte a largo plazo.
- Establece una rutina de sueño. Si te acuestas todos los días a la misma hora podrás aprovechar los beneficios para la salud mental que proporciona la luz natural.
Un ejemplo típico de persona con trastorno afectivo estacional (TAE) es aquel/aquella adolescente que comienza el curso con excelente energía, no teniendo problemas para mantener al día su trabajo escolar y participando en varias actividades tras la escuela. Pero a mediados de noviembre comienza a tener dificultad para terminar las lecturas asignadas, tiene que hacer más esfuerzo para trabajar bien, no puede concentrarse en clase, después de la escuela sólo quiere dormir, las notas comienzan a bajar, rara vez siente ganas de socializar, deja de ser puntual y pierde muchos días de clase. Puesto que la energía regresa de nuevo en primavera se piensa que es una etapa más. Pero cuando en noviembre del siguiente año vuelve a suceder lo mismo entonces nos damos cuenta de que algo está ocurriendo.
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