Las crisis de pánico se producen al ponerse en marcha el sistema de alarma, esto es, un mecanismo reflejo del organismo que tiene como misión ponernos a salvo cuando afrontamos una situación que pone en peligro nuestra supervivencia.
Pero, en las crisis de pánico, esta reacción de alarma se pone en marcha porque evalúas como peligrosas ciertas sensaciones internas que, en realidad, no pueden hacerte ningún daño y que todos podemos experimentar, en mayor o menor grado, cuando estamos nerviosos.
Explicaremos cada uno de los puntos del dibujo del círculo vicioso:
Punto a: sensaciones internas:
Las sensaciones internas que pueden dar lugar al pánico, suelen ser algunas de las siguientes: palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca; sudor, escalofríos o sofocaciones; temblores o sacudidas; sensación de ahogo, de falta de aliento o de atragantamiento; opresión o malestar en el pecho; náuseas o molestias abdominales; mareo; inestabilidad; desrealización (sensación de irrealidad); despersonalización (sentirse como separado de uno mismo), o parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
Estas sensaciones son, en principio, normales y típicas en la ansiedad; pero pueden alcanzar una intensidad mucho mayor, al ser interpretadas en forma catastrófica.
Punto b: interpretaciones catastrofistas:
Las interpretaciones catastrofistas responsables del pánico, suelen concretarse en la creencia de que las sensaciones internas (a) son peligrosas, y de que al experimentarlas estás a punto de morir, volverte loco o perder el control. En una minoría de casos, pueden limitarse a la creencia de que dichas sensaciones son terribles y no pueden soportarse.
Punto c: reacción de alarma:
La activación de ese sistema de alarma produce las emociones, sensaciones y conductas típicas del pánico. Sin embargo, esta reacción puede producirse aunque no exista un peligro real, basta con que creamos que estamos en peligro.
¿Cómo se pone en marcha el círculo vicioso del pánico?
Si al notar alguna de esas sensaciones (por ej., percibir las cosas en forma extraña), piensas que significan que va a ocurrirte algo terrible (ej., que te estás volviendo loco), te pones más nervioso y, por tanto, aumentan tus sensaciones (recuerda que son sensaciones típicas de la ansiedad).
Si analizas todo eso, te darás cuenta de que:
1) las reacciones que experimentas cuando sufres una crisis de pánico son algo normal, dado que en ese momento estás convencido de que te hallas en peligro, y
2) la crisis te las provocas tú mismo, al interpretar como amenaza unas sensaciones normales, que aumentan en intensidad sólo en la medida en que crees que estás en peligro.
Algunas personas encuentran difícil detectar las interpretaciones catastrofistas de las sensaciones que temen. Si consideras que aún tienes que mejorar en este aspecto, yo te ayudo. Contacta conmigo y nos ponemos a ello.
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