La gestación o embarazo es el proceso en el que crece y se desarrolla el feto en el interior del útero de la mujer. En este periodo hay una serie de profundas modificaciones biológicas, anatómicas y funcionales a las que es necesario adaptarse, incluyendo el rol social de la futura madre. Es conveniente destacar que el apoyo familiar debe ser el adecuado para que el rol adoptado sea el más correcto posible.
En algunos estudios se indica que aquellas mujeres que dicen tener más fuentes de estrés tienen gestaciones más cortas. Teniendo en consideración que durante la gestación se van a dar dos tipos de fuentes de estrés, es necesario conocerlas y tenerlas en cuenta para conseguir mejorar la calidad de vida de la parturienta y específicamente, conocer cómo los cambios biológicos propios del embarazo influyen en su conducta, en sus emociones, pensamientos, imagen corporal, etc:
El embarazo en sí mismo constituye una importante fuente de estrés que viene caracterizada por:
1. Ambivalencia emocional: altibajos emocionales acerca de la próxima llegada del bebé.
2. Carácter inminente e inaplazable del embarazo.
3. La aparición de pequeñas exigencias y molestias físicas como nauseas, somnolencia, fatiga, ardor, ganas de orinar, etc.
4. Las preocupaciones y temores: Por la salud y normalidad del niño; por las posibles enfermedades que la madre puede transmitir al niño; por la pérdida de atractivo físico; por los efectos de la posible medicación que tome sobre el niño; por los posibles efectos perjudiciales que pueden tener diferentes conductas de la madre: ejercicio, alcohol, tabaco, cafeína…; etc.
Además de los factores inherentes al embarazo, hay otros factores externos que también hay que tener en cuenta
1. Situación laboral: trabajos de riesgo o con exigencia física para la madre. En madres autónomas la organización de la empresa y gestión de la baja de maternidad.
2. Creencias y actitudes del entorno social y de la familia acerca del embarazo y del rol de la embarazada.
3. Relaciones familiares.
4. Relación matrimonial.
5. Temores y preocupaciones varias (p. ej. problemas financieros).
Además de conocer estos factores y saber cómo nos afectan y en qué medida, es necesario dotar a las futuras mamás de habilidades y recursos personales para poder afrontar dichos factores ya que, según algunos estudios tener recursos está asociado con menores niveles de estrés y con dar a luz a bebés con mayor peso.
En este sentido, ¿cómo podemos mejorar la calidad de vida de la embarazada?:
- trabajar la inteligencia emocional con los progenitores;
- identificar y detectar aquellos pensamientos negativos de la madre relacionados con el embarazo y el parto (P. Ej. “al niño le pasa algo malo”, “todo irá mal en el parto”; “seguro que no sabré cómo hacerlo”, etc.);
- que las futuras mamás durante el periodo de gestación aprendan a tener un concepto de sí mismas ajustado a la realidad y aprendan a valorarse tal y como son;
- planificar actividades agradables con la pareja;
- fomentar y pontenciar la comunicación entre ambos miembros de la pareja.
En definitiva, es crucial mejorar la calidad de vida de la embarazada y de su pareja para que se encuentren mejor preparados para iniciar la dura tarea de ser madres y padres.
Espero que te resulte interesante. Y si consideras que aún tienes que mejorar en algún aspecto, yo te ayudo. Contacta conmigo y nos ponemos a ello.
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