La timidez se define como el miedo a ser evaluado negativamente en situaciones sociales en las que se pueden encontrar tanto personas conocidas como desconocidas. Es un miedo que permanece relativamente estable y puede provocar deterioro funcional en un 13% de los casos.
Además, la timidez se puede considerar como un patrón de conducta caracterizado por el déficit de relaciones interpersonales y una tendencia estable y acentuada de escape o evitación del contacto social con otras personas.
No obstante, se debe aclarar que la timidez no es, necesariamente, un problema, depende de si se convierte en un impedimento para que el niño se relacione con los demás. La timidez solo es un problema cuando limita las potencialidades del pequeño y le hace sentir mal.
El niño tímido que sufre, en vez de disfrutar de las relaciones con sus coetáneos y con las demás personas, se siente incómodo en las situaciones sociales. Esa timidez le produce un sufrimiento a nivel emocional y le impide desarrollar las competencias sociales necesarias para insertarse adecuadamente en los diferentes grupos.
La timidez suele aparecer cuando el niño se encuentra ante situaciones nuevas o personas desconocidas. Lo usual es que el niño tímido se mantenga en silencio frente a extraños pero no tenga problemas para hablar cuando tiene confianza con las personas. A diferencia de los niños solitarios, que prefieren estar tranquilos y disfrutan de la soledad, los niños tímidos no se relacionan con los demás porque tienen miedo o sienten vergüenza.
Características de un niño tímido
- Problemas para relacionarse con sus coetáneos, al niño le cuesta iniciar y mantener una conversación, no suele tomar la iniciativa, sino que se muestra distante y reservado.
- No participa en clase, no porque no tenga los conocimientos sino porque se avergüenza al tener que exponerlos delante de los demás.
- Aislamiento y evitación de actividades que son normales para su edad, como los juegos a la hora del recreo o las competencias deportivas en la escuela.
- Ansiedad anticipatoria ante las situaciones que le producen miedo, como tener que hablar en público, leer en voz alta, hacer recados o ir a la pizarra.
- Síntomas psicofisiológicos que se activan cuando se expone a la situación temida, como sudoración de las manos, rubor, tartamudeo, nauseas y palpitaciones.
- Descarga emocional, los niños tímidos suelen tener una escasa expresividad emocional, pero en algunas ocasiones se produce una descarga y lloran sin que exista un motivo, al menos aparentemente. Ese llanto suele ser una válvula de escape para liberar la tensión acumulada y los sentimientos reprimidos.
Tratamiento de la timidez infantil
Los tratamientos habituales están basados en la aplicación de un conjunto de técnicas cognitivo-conductuales (en función del caso) orientadas a los siguientes objetivos:
1- Aumentar las conductas de interacción con los iguales (compañeros) u otras personas.
2- Disminuir las conductas de inactividad, retraimiento o juego individual.
3- Reducir los niveles de ansiedad social asociados a la interacción en grupo.
4- Corregir los estilos de pensamientos inadecuados (pensamientos irracionales, negativos, de desvalorización personal, etc…).
5- Mejorar su autoestima.
Pautas de ayuda al niño tímido
A continuación se exponen algunos consejos útiles y precisos para los padres y madres puedan llevar a cabo en la rutina del día a día con el fin de vencer la timidez de sus hijos:
- No llamar tímido a su hijo, y menos delante de otros niños.
- No ridiculizarlo ni hacerle sentir diferente a los demás. No compararlo peyorativamente con otros niños. Lo que a él le sucede le pasa a mucha gente.
- No le fuerces a enfrentar situaciones sociales nuevas, es mejor que antes se sienta cómodo con las situaciones que ya puede manejar. Es conveniente que le plantees nuevos retos, pero sin agobiarle porque cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo.
- Apóyale de manera incondicional, muestra comprensión y confía en sus capacidades. El niño debe saber que sus padres le quieren y aprecian por quién es.
- No le des una importancia excesiva al problema ya que ello podría representar una fuente de tensión adicional para el niño. Tratar el problema con naturalidad sin que vea en los padres una preocupación excesiva, eso podría suponer una carga adicional.
- No permitas verbalizaciones negativas sobre sí mismo, como “no sirvo para nada” o “nunca podré hablar en clase”, en su lugar, explícale que se trata de ideas exageradas y que un problema en un área no significa que tenga menos valor en otras. Resalta siempre sus características positivas.
- Ayúdale a enfrentar las situaciones nuevas que representan un desafío, pero sin caer en la sobreprotección. El objetivo no es hacer las cosas en su lugar, sino dis
minuir el nivel de ansiedad para lograr que el niño se sienta cómodo y pueda superar la timidez. - Elógiale cada vez que logre sobrepasar alguna de sus barreras y afronte con éxito una situación social, por pequeña que sea. De esta forma no solo le estarás motivando sino que le estarás indicando que va en la dirección adecuada y que es posible vencer la timidez.
- Buscar un amigo (de su misma edad) de confianza para que le sirva de modelo puede resultar útil como parte de la estrategia de tratamiento.
Si los problemas asociados a la timidez persisten entonces es la hora de pedir ayuda a un profesional. Contacta conmigo y nos ponemos a ello.
Te invito a leer más acerca de nuestro servicios de Psicología y nuestra Escuela de Padres y Madres.
Si crees que le puede venir bien a un amigo/a o familiar, comparte, por favor.
También te animo a que te suscribas a nuestro canal de YouTube y recibir nuestras píldoras de Psicología al instante.